Está previsto que se lleven a cabo una serie de actos tradicionales, entre ellos la subida del Farolico de Venancio.
Los callosinos reciben con inmenso júbilo la esperada época de las fiestas patronales, cargadas de actos singulares, donde los visitantes comprueban de primera mano nuestra hospitalidad, en momentos de pleno esparcimiento. Todos los vecinos de la localidad se vuelcan con estas fiestas envueltas por un ambiente de confraternidad.
Se compone de los actos que se describen a continuación:
FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS
Las Fiestas de Moros y Cristianos comenzaron en Callosa de Segura en el año 1977 y, desde sus inicios, se ha caracterizado por ser una fiesta en la que se rememora época de la Reconquista, con la conmemoración y organización de unos desfiles en el que los participantes de dividen en dos bandos, moros y cristianos, vestidos de acuerdo a la época medieval de cada cultura. Cada bando está formado por comparsas y filas.
El itinerario de los desfiles generales comienza en el Paseo de la Estación hasta desembocar en la Avenida de la Constitución.
El bando moro aparece representado por Benimerines, y los Sarracenos, mientras que el bando cristiano está representado por los Estudiantes, Corsarios, Contrabandistas y Caballeros del Cid.
NOVENA DE SAN ROQUE
Oficialmente se celebra desde el día 5 al 13 de agosto, pero resulta difícil subir a cualquier hora al santuario de San Roque sin ver a algún devoto con el libro de la novena, recitándola ante la ventana de la puerta principal, que da vista a la imagen de San Roque.
Unas veces será para pedir alguna gracia o favor. Otras para agradecer lo recibido. Pero siempre, como expresión o testimonio de la devoción profunda, sincera que todos los callosinos sienten con su Santo Patrón.
FAROLATA
Consiste en una romería cívica protagonizada por los niños de la localidad que, acompañados por toda su familia, hermanos, padres, abuelos, etc., portan una caña de cuyo extremo pende un farol chinesco de distintos colores iluminado tenuemente por la luz de una vela.
El recorrido transcurre desde la Plaza de España o de la Iglesia hasta el jardín Glorieta. La Farolata suele ir encabezada por “la charamita” ataviados de traje típico haciendo sonar su dulzaina y tamboril, a cuyos sones discurren los “gigantes y cabezudos”.
FAROLICO DE VENANCIO
Esta subida se realiza el 5 de agosto, coincidiendo con el comienzo de la novena al Santo Patrón.
Cuenta la que, un joven pastor llamado Venancio, pastoreaba su rebaño de cabras por las empinadas laderas de la sierra callosina, cuando una de ellas, extraviada, se encaramó en lo alto de un escarpado pico que asoma sobre la ciudad y del que no podía salir. Venancio acudió a socorrer a aquella cabrita, con tan mala fortuna que un traspié dio con su cuerpo al vacío de aquella empinada ladera. En aquel preciso y difícil momento, el joven pastor Venancio no dudó en encomendarse a San Roque, con tanta fe, que se obró el milagro hoy conocido en el que Venancio llegó al suelo sin sufrir daño ninguno, atribuyendo al Santo Patrón invocado el milagro de salvar su vida.
Venancio, devoto de San Roque, agradecido, prometió que, durante toda su vida colgaría un farol con luminarias en lo alto de aquel picacho en recuerdo y memoria de su agradecimiento.
GIGANTES Y CABEZUDOS
Sin duda, constituye una de las tradiciones populares más queridas y celebradas por los callosinos durante las fiestas patronales en honor a su patrón San Roque.
Básicamente representa un ritual callejero con el que los niños se ilusionan al ver a los simpáticos personajes salir del Ayuntamiento y, tras los típicos regalos con la simpar música de la dulzaina y el tamboril, empieza la cabalgata y, los niños, unos acompañados por sus padres y otros en grupos de amigos recorren la carrera que cada día va cambiando para mayor goce del pueblo infantil. Los personajes que intervienen en este singular espectáculo lo hacen bailando y animando o persiguiendo a la gente que acude a la celebración.
El desfile lo componen personas disfrazadas con enormes cabezas de cartón piedra (los llamados “cabezudos”) y unos muñecos de gran tamaño que suelen emular a reyes y reinas, denominados “gigantes”.