Monumentales y dominadores de un horizonte extenso y diáfano. Así son buena parte de los castillos que jalonan el Valle del Vinalopó y que configuran uno de los retazos más sobresalientes de la historia. La que escribieron Jaume I de Aragón y Alfonso de Castilla al sellar el Pacto de Almizra en 1244. Aquel que convirtió estas tierras, hoy famosas por sus vinos y su uva, en escenario de un trasiego incesante de ejércitos y razzias, de colonos y conversos, de afanes de conquista y de asedios. Un territorio de frontera, linde de pueblos y culturas, digno de descubrir y saborear.
A lo largo de los siglos, grandes señores como Juan Fernández Pacheco, primer Marqués de Villena y Mariscal de Castilla, se convirtieron en protagonistas de gestas y honores. Hoy da cuenta de unas y otros la imponente fortaleza de La Atalaya de Villena, escoltada camino de La Meseta por las no menos singulares de Sax, Castalla, Biar y Novelda. Sin olvidar el majestuoso Alcázar de la Señoría de Elche, también conocido como Palacio de Altamira, y que en la actualidad alberga el Museo Histórico de la ciudad ilicitana.
Elche: El Alcázar de la Señoría, Las Murallas de la ciudad de Elche, Torre de la Calahorra, Torre de Ressemblanc, Torre de Los Vaillo, Torre del Pinet, El Castellar de Elche o Castellar de La Morera.
Camp de Mirra: Castillo de Almizrra.
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