Esta etapa transcurre por la comarca del Medio Vinalopó. Nuestro recorrido atravesará caminos rurales que no dejarán de sorprendernos por el encanto, belleza y tranquilidad que ofrecen. El paisaje evidencia los orígenes agrícolas de la comarca: los cultivos, la arquitectura rural tradicional, corrales y, cómo no, los muros de contención de terrazas agrícolas, realizados con la técnica de la piedra seca.
Partiendo de Elda nos dirigimos al Polígono Industrial de Campo Alto. Saldremos del mismo hacia la bonita Ermita rural de la Virgen de los Dolores, donde dejaremos el asfalto para adentrarnos en un camino de tierra.
Al volver la vista atrás vemos la Sierra del Cid, con su peculiar Silla del Cid que domina Elda.
Continuamos por caminos de tierra, por terrenos yermos con algunos bancales de almendros. Tras atravesar el paso inferior del tren de alta velocidad se abrirá ante nosotros una gran llanura, con antiguas terrazas de cultivo.
Seguimos por una árida zona entre barrancos, dejando a la izquierda el municipio de Monóvar hasta confluir de nuevo en un camino asfaltado.
Tomamos ahora el camino de Zafra, para ascender suavemente hasta el collado Victoriano. Es en este punto donde el paisaje cambia de forma radical, avistamos un amplio valle rodeado de suaves laderas, con cuidadas explotaciones agrícolas: viñedos, almendros, olivos y albaricoques.
Cruzamos la CV-834 para seguir entre viñedos hacia Casas del Señor, una pedanía del municipio de Monóvar a la que entramos bajo un acueducto de origen medieval bien conservado. Este acueducto permitía que la acequia de Casas del Señor sorteara la rambla para regar las partidas de Casas del Señor, La Fontanella, El Toscar y El Altete de la Cruz.
Salimos de la aldea en suave ascenso por una bonita zona de pinos, que discurre por las faldas de la ladera del Monte Coto hasta llegar a Encebras (pedanía de Pinoso), pasando junto a unos olmos centenarios que llamarán nuestra atención, junto a una fuente monumental. La tranquilidad de estas tierras fue escogida en 1916 para que se estableciera el Convento de las Hermanas Carmelitas de Orihuela. Recientemente la congregación ha convertido parte de las dependencias en albergue.
Salimos por una pista asfaltada, de nuevo entre viñas, bordeando el Cabezo de la Sal para llegar a Pinoso, municipio incluido en la Ruta del Vino de Alicante, donde podremos disfrutar de su gastronomía y sus buenos vinos.