La Costa Blanca es conocida por sus impresionantes miradores, donde el azul del Mediterráneo se encuentra con paisajes de montaña y encantadores pueblos. Pero más allá de los miradores más populares, existen rincones ocultos que ofrecen vistas igualmente espectaculares, lejos de las multitudes. En este blog te invitamos a descubrir los miradores menos conocidos de la Costa Blanca, lugares que esconden una belleza serena y te conectan con la esencia más auténtica de este destino único. ¡Prepárate para explorar y enamorarte de nuevas perspectivas!
Nou Mirador del Moraig (El Poble Nou de Benitatxell)
Situado en la urbanización Cumbre del Sol, el Nou Mirador del Moraig es un nuevo espacio que invita a disfrutar de unas vistas privilegiadas de la Cala del Moraig y los acantilados que la rodean. Con un diseño que combina modernidad y respeto por el entorno, este mirador ofrece un balcón al Mediterráneo donde la inmensidad del mar se fusiona con la belleza de la costa rocosa. Perfecto para los amantes de la fotografía y aquellos que buscan un momento de conexión con la naturaleza, este rincón se suma a los imprescindibles de la Costa Blanca. ¡Un lugar que no te puedes perder!
Mirador de Mirabarques (Pedreguer)
Este mirador, construido en 1998 en la cima del Monte Pedreguer, cuenta con una estructura metálica que sostiene una plataforma semicircular de madera, diseñada para maximizar la experiencia visual. Desde este punto estratégico se puede disfrutar de vistas panorámicas de gran parte de la Marina Alta, incluyendo paisajes de montaña, campos agrícolas y el horizonte marino. Es un lugar que combina perfectamente naturaleza y arquitectura, ideal para una excursión invernal con vistas relajantes.
Mirador Sa Caseta des Moros (Tàrbena)
Ubicado en Tàrbena, este mirador ofrece vistas espectaculares de los paisajes montañosos de la comarca. Desde aquí, el visitante puede contemplar la tranquilidad del entorno rural, con los picos montañosos que rodean el valle y los pequeños pueblos que salpican el horizonte. Además, este mirador se encuentra cerca de rutas de senderismo populares, lo que lo convierte en un punto ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Balcón de Alicante (Tibi)
Situado en la Sierra del Maigmó, este mirador ofrece una de las vistas más icónicas de la provincia de Alicante. En días claros, es posible divisar gran parte del litoral mediterráneo y los valles interiores. Popular entre excursionistas y ciclistas, el Balcón de Alicante es un lugar para disfrutar de la naturaleza, hacer un picnic o simplemente relajarse contemplando el paisaje. La combinación de montaña y vistas al mar lo convierte en un rincón único y muy valorado.
Mirador de la Villa (Villena)
Este mirador, situado en el casco antiguo de Villena, permite disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores. Desde este punto, ubicado en la base del Castillo de la Atalaya, se aprecian los tejados de la ciudad histórica y sus principales monumentos. Es un lugar ideal para apreciar la riqueza arquitectónica y el paisaje natural de esta zona del interior alicantino, especialmente al atardecer, cuando los tonos cálidos bañan el horizonte.
La Carrasqueta (Jijona)
El puerto de La Carrasqueta es famoso entre los ciclistas y excursionistas por sus increíbles paisajes. Desde el mirador, se pueden disfrutar vistas a los valles cubiertos de almendros y, en días despejados, al mar Mediterráneo en el horizonte. En invierno, el entorno cobra un encanto especial, con aire fresco y cielos despejados que hacen de este lugar un destino perfecto para una escapada tranquila en contacto con la naturaleza.
Mirador de las Canteras Romanas (Pilar de la Horadada)
Este mirador ofrece la oportunidad de observar las antiguas canteras romanas, un vestigio de la rica historia de la región. Desde aquí, además de contemplar las impresionantes huellas talladas en la roca, se disfrutan vistas al mar Mediterráneo, lo que hace de este lugar un enclave único donde se combina el patrimonio histórico y la belleza natural. Es ideal para los curiosos que buscan explorar más allá de las playas típicas.
Mirador de Punta Prima (Orihuela)
Ubicado en la costa de Orihuela, en invierno este mirador es un lugar tranquilo que permite disfrutar de las vistas al Mediterráneo en su máximo esplendor. Es ideal para relajarse, contemplar un amanecer o atardecer inolvidable, o simplemente disfrutar de la brisa marina mientras se aprecia el encanto único de la playa de Punta Prima. Una parada obligatoria para quienes buscan paisajes y momentos de tranquilidad.
Torre de Vaillo (Elche)
Esta antigua torre de vigilancia, adaptada como mirador, se encuentra en el entorno del famoso palmeral de Elche, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde aquí, se pueden contemplar las extensas plantaciones de palmeras y el paisaje que caracteriza a esta histórica ciudad. Además, su ubicación lo convierte en un lugar ideal para conectar con el entorno natural mientras se aprende sobre el pasado de la región.
Torre Medieval (Alcalalí)
La Torre Medieval de Alcalalí ofrece una ventana al pasado y unas vistas espectaculares del valle de Pop. Desde su cima, se puede disfrutar de un paisaje impresionante, con campos de almendros, montañas que se alzan majestuosas y el encanto rural de los pueblos de alrededor. Este mirador histórico combina la belleza natural con el legado cultural de la Costa Blanca, haciendo de la visita una experiencia inolvidable. Perfecto para quienes buscan historia, tranquilidad y vistas de ensueño.
Estos miradores, con sus paisajes variados y menos conocidos, ofrecen la oportunidad de disfrutar de la Costa Blanca desde perspectivas únicas, especialmente en otoño e invierno, cuando la calma y el silencio realzan aún más su belleza. ¡Anímate a descubrirlos!