La Costa Blanca, bañada por las cálidas aguas del Mediterráneo, es conocida por sus playas de ensueño y ciudades vibrantes. Sin embargo, detrás de la fachada turística, se encuentran pueblos que albergan tesoros aún por descubrir. En este viaje, nos aventuraremos por estos rincones encantadores para descubrir la auténtica esencia de la Costa Blanca.
Altea: El Mikonos alicantino
Iniciemos nuestro recorrido en Altea, un pueblo que se eleva majestuosamente sobre una colina. Sus estrechas calles empedradas y las icónicas cúpulas azules de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo crean un paisaje visualmente impactante. Además de su arquitectura, Altea ofrece una experiencia cultural única con sus galerías de arte, tiendas de artesanía y encantadores cafés cerca del mar.

El Castell de Guadalest: Joya en las montañas
A medida que nos adentramos en el interior, descubrimos El Castell de Guadalest, un pueblo enclavado en las montañas. Este pequeño tesoro ofrece vistas panorámicas impresionantes del embalse que lo rodea. El castillo de San José y el Museo de Microminiaturas son paradas obligatorias. ¡Imagina explorar un castillo con vistas a un valle idílico!

Villajoyosa: Colores y sabores junto al mar
Villajoyosa, conocida por sus casas de colores brillantes, te sumerge en un ambiente alegre y festivo. Este encantador pueblo pesquero es famoso por sus fábricas de chocolate, donde los amantes del dulce pueden disfrutar de un recorrido que despierte los sentidos. Las playas de arena dorada y las aguas cristalinas completan la experiencia costera.

Moraira: Belleza costera y tradición pesquera
Moraira, con su encanto costero y tradición pesquera, se presenta como otro diamante en la Costa Blanca. Sus playas de arena fina, calas recónditas y el pintoresco puerto pesquero crean un escenario perfecto para relajarse. Explora el casco antiguo y descubre la rica historia de este encantador rincón.

Biar: Entre historia y naturaleza
Biar, un tesoro escondido entre colinas, fusiona su rica historia en el castillo medieval y la belleza natural que lo rodea. Sus calles y su ambiente tranquilo hacen de Biar un lugar perfecto para explorar la autenticidad de la Costa Blanca lejos de las multitudes.

Además de su encanto arquitectónico, cada pueblo en la Costa Blanca ofrece actividades únicas. Desde senderismo en las montañas de Guadalest hasta disfrutar de dulces y chocolates de Villajoyosa, hay algo para todos los gustos.
La Costa Blanca es mucho más que sus playas de renombre. Los pequeños y medianos pueblos que salpican la costa encierran secretos que solo aquellos dispuestos a aventurarse descubrirán. Así que, la próxima vez que pienses en la Costa Blanca, recuerda que sus verdaderos tesoros se encuentran en los pequeños pueblos que la componen. ¡Prepárate para una experiencia inolvidable!