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Planes imperdibles en Santa Pola

Santa Pola es uno de esos lugares que siempre nos reconecta con el verano y todos sus colores. Sin embargo, estas 10 cosas que hacer en Santa Pola y alrededores confirman que las playas y su gastronomía son tan solo el principio


En Santa Pola se confunden todos los sentidos y la nostalgia de ese verano que vinimos a buscar a la Costa Blanca: el bullicio de los pescadores rodeados de ovillos de redes, las nubes de flamencos que invaden sus salinas, o el acento que los mariscos aportan a cualquier velada gourmet en una de sus terrazas. Tan solo el principio de un pueblo alicantino que tiene mucho que ofrecer.

 

Descubrir la Cofradía de Pescadores de Santa Pola 

Cada día, alrededor de las 4 de la tarde, los puestecitos de venta de pescado del puerto se preparan para lo que viene. A lo lejos, un barco llega cargado de género y pescadores: todo está listo para la subasta de la Cofradía de Pescadores que tiene lugar en el muelle de Santa Pola. Una oportunidad única para asomarse al ambiente local y conocer de primera mano un concepto "del mar a tu mesa" que nunca fue tan evidente. A diferencia de la subasta de El Campello, la de Santa Pola está enfocada de forma exclusiva a los "arrieros", negocios o establecimientos, pero es posible deleitarse con el bullicio de la tarde en la lonja.



 

En busca de flamencos por las Salinas de Santa Pola 

El Parque de las Salinas de Santa Pola es un paraje natural de hasta 2.470 hectáreas donde la centenaria extracción de sal ha dado vida a un ecosistema único: bandadas de flamencos aterrizan en aguas de colores marcianos, altas montañas blancas interrumpen el horizonte y la mejor ruta aguarda para disfrutar de una jornada de ecoturismo entre cañares y humedales. Las rutas senderistas del parque son el mejor secreto para perderse por este micromundo al que en 2020 llegaron hasta 4 millones de flamencos.


 

Playa del Pinet: la playa nostálgica 

Si continúas la ruta de las salinas del Bonmatí, te toparás con las dunas que custodian otro de los secretos de la zona: la playa del Pinet, un oasis singular donde restaurantes y casitas de pescadores construidas en los años 50 aún se asoman al mar. Un cordón de arena salpicado de barcas, donde los arcos de sus viviendas jugando con el horizonte conforman una playa única que supone el mejor viaje en el tiempo.




El mundo se ve mejor desde el Faro de Santa Pola 

Junto a la urbanización de Grant Alacant, gobernando las playas de Los Arenales y el Carabassí, el faro de Santa Pola reluce con una joya atemporal que invita a un paseo entre pinos con vistas al mar. A pesar de sus remodelaciones, este faro es uno de los más míticos de la Costa Blanca, especialmente desde la construcción de su mirador, el cual despliega una pasarela desde la que obtener una de las mejores panorámicas de la provincia. 



 

Disfrutar del "peix de Santa Pola" 

El "peix" es el motor de Santa Pola: pulpo y calamar, su gamba roja, pescadillas, salmonetes, caballa y rape pero, especialmente, los arroces y calderos elaborados con los pescados de la lonja. De hecho, el caldo de caldero es uno de los rituales gastronómicos típicos de la zona. Manjares a disfrutar en algunos de los mejores restaurantes del pueblo, los cuales trasladan el pescado fresco directamente a las mesas de la costa.



 

Santa Pola también tiene casco antiguo 

Con el salitre en la piel y el estómago contento, nada mejor que dar un paseo por el casco antiguo de Santa Pola, formado por diferentes lugares de interés: el Museo del Mar o la curiosa Capilla de la Virgen de Loreto, ambos enclavados en un Patio de Armas que supone la pieza angular del llamado Centro Cultural Castillo-Fortaleza de Santa Pola.



 

Ver el atardecer en la Torre del Tamarit 

Si buscas un lugar privilegiado desde el que contemplar la puesta de sol, uno de los mejores espacios es la salina de la Torre del Tamarit, una antigua torre de vigilancia que se deja acariciar por el sol al final del día. Mágico y sensorial, el atardecer tiñe de nuevos colores sus salinas mientras los sonidos de la naturaleza te envuelven en este lugar privilegiado.



 

Disfrutar con los más peques en Pola Park 

Más allá de las playas y las salinas, Santa Pola ofrece muchas opciones para el turismo familiar: desde visitar las mencionadas salinas y explorar las virtudes del turismo educativo a través de la naturaleza, hasta una jornada en Pola Park, un parque de atracciones donde disfrutar de su montaña rusa, circuitos de karts o incluso minigolf.




Una excursión a Tabarca 

En algún momento, ya sea desde el mirador del faro de Santa Pola o cualquier de sus playas, la silueta de la isla de Tabarca se dibuja en el horizonte como un espejismo de otro tiempo. Asolada durante años por corsarios y piratas, este símbolo de la Costa Blanca se ubica a tan solo 8 km desde la costa de Santa Pola e invita a realizar una excursión de un día plagada de experiencias: sucumbir a sus calas de cuento, perdidas entre los restos de su fortaleza; acercarse a su imponente faro envuelto entre gaviotas y chumberas, o degustar sus riquísimas propuestas gastronómicas.




Visitar el parque natural de El Hondo 

Este espacio protegido entre Crevillente y Elche acoge la cercana desembocadura del río Vinalopó, conformando un oasis marcado por dos ambientes diferenciados: los embalses y las charcas, donde conviven especies como el camarón de agua dulce o el fartet, un pez endémico de la región. Una alternativa a las salinas ideal para realizar una ruta lejos de las masificaciones.




 

Santa Pola y su entorno engloba diferentes planes y lugares en los que redescubrir su encanto más allá de los clásicos que siempre nos gusta volver a disfrutar. 

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