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De ruta por los pueblos más tranquilos de la Costa Blanca

La Costa Blanca, conocida por sus playas y su animado ambiente turístico, también cuenta con pequeños y tranquilos pueblos que ofrecen una experiencia diferente. Estos pueblos son el refugio perfecto para quienes buscan paz, naturaleza y autenticidad.

 

Tollos

Un pequeño y pintoresco municipio en la provincia de Alicante, es un destino ideal para aquellos que buscan una experiencia auténtica y tranquila en el corazón de la montaña alicantina. Entre sus encantos se encuentran el antiguo castillo, que sirvió de base para la construcción de la iglesia parroquial, la fuente vieja que suministra agua al pueblo, y dos rutas de senderismo que atraen a los amantes de la naturaleza. Para comer, no puedes olvidarte de probar la Olleta de Blat Picat y Los Minxos. Celebran sus fiestas de San Vicente Ferrer en abril y las fiestas patronales en honor a San Antonio de Padua y la Virgen del Rosario a partir del 25 de julio.

 


 

Famorca

Es ideal para el turismo rural y natural. Su iglesia de San Cayetano, del siglo XVI, y el reloj centenario del campanario son puntos de interés destacados. Las rutas de senderismo hacia el Anoguer, la Malla del Llop y la Canal son imprescindibles. Así como el área recreativa de Noguerets es perfecta para picnics y disfrutar del agua del manantial. Y para reponer fuerzas debes probar su clásico Gazpacho de Montaña. Famorca celebra varias festividades a lo largo del año, incluyendo la festividad de la Virgen de los Dolores en el viernes anterior al Domingo de Ramos, la Salpassa en septiembre, el Canto de la Aurora en Semana Santa y San Cayetano a principios de agosto.

 


 

Fageca

Enclavada entre las montañas de la Serrella y de Alfaro, es un pequeño pueblo agrícola.  Conserva su esencia tradicional con calles estrechas y casas de piedra, reflejando la arquitectura típica de la región. La iglesia parroquial de San Miguel, con su elegante campanario, es uno de los puntos de interés del pueblo. Con su atmósfera apacible y su entorno natural inigualable, es un destino perfecto para aquellos que buscan desconectar y disfrutar de la belleza rural. Para comer, prueba los mintxos, la olleta y su potaje.Sus fiestas tienen lugar la semana del cuarto domingo de agosto, en honor a la Mare de Déu dels Dolors i l'Esperit Sant, con orquestas, Moros y Cristianos, competiciones y muchas actividades y tradiciones más.


 

 

Benillup

De origen musulmán y conquistado por los cristianos en el siglo XIII, tiene un ambiente tranquilo y rural. Con sus vistas excepcionales rodeadas de barrancos, es perfecto para rutas senderistas. Su iglesia del Rosario y el Mirador de Travadell son lugares que no te puedes perder. En agosto, el pueblo celebra las fiestas de San Lorenzo con actividades para todas las edades, y en febrero, las fiestas de Santa Águeda con procesiones y comidas tradicionales. La gastronomía de Benillup incluye platos como los sequillos, higos secos fritos y el puchero, un cocido con carne, verduras y garbanzos que se sirve especialmente durante las festividades.

 


 

Almudaina

En el norte de la sierra Almudaina, a la sombra de una torre árabe, nace este pueblo pintoresco con poco más de 100 habitantes. Sus barrancos y paisajes naturales son ideales para excursiones, por ejemplo hacia el Alt de la Caseta. La torre-fortaleza moruna, la iglesia de San Bartolomé Apóstol y El Calvari, con la Ermita del Santísimo Cristo del Socorro son bienes de interés cultural. Las fiestas en honor de San Bartolomé en agosto son muy celebradas, incluyendo actos religiosos y eventos sociales que unen a la comunidad. La gastronomía incluye paella valenciana y puchero, ofreciendo una muestra de la rica tradición culinaria local que los visitantes pueden disfrutar en los restaurantes del pueblo.

 


 

Benifallim

Situado en la comarca de L'Alcoià, es un pueblo rico en yacimientos arqueológicos y rodeado de plantaciones de almendros y olivos. Su economía ha pasado de la agricultura al sector servicios. Las rutas de senderismo como la de El Rontonar y la que lleva al Castillo de Benifallim son destacadas, ofreciendo vistas panorámicas que incluyen otros castillos cercanos. Las fiestas dels Fadrins en la primera quincena de septiembre y la Festa de Sant Miquel a finales del mismo mes son eventos importantes que atraen tanto a residentes como a visitantes. La gastronomía local incluye platos como la paella, las empanadillas de espinacas y el arroz con bacalao, coliflor y habitas.



 

Balones

El terreno irregular y las características de este pueblo de montaña lo hacen ideal para el senderismo, con rutas hacia la Creueta, les Coves y la Carrasca de Costurera. La iglesia de San Francisco y la rica producción de aceite son aspectos destacados. Las fiestas en honor a San Francisco de Asís y la Virgen del Rosario en agosto y San Antonio en enero son momentos especiales para visitar, con actividades como la tradicional batalla de harina. La gastronomía local destaca por la pericana, una mezcla de pimientos y bacalao, y la repostería basada en almendra, como els pastissos de moniato y la torta d'ametlla.

 


 

Quatretondeta

Ubicado en el valle de Seta, este pueblo es conocido por su tranquilidad y belleza natural. Con 136 habitantes, es el punto de partida ideal para explorar la Serrella. Las formaciones rocosas conocidas como 'Els Frares' son un atractivo natural destacado, asemejándose a gigantes con túnicas observando desde la montaña. La iglesia parroquial de Santa Ana y la fuente de la Viñeta son lugares de interés que destacan por su belleza y tranquilidad. Las fiestas patronales del 26 de julio son una oportunidad para disfrutar de la cultura local, con procesiones y verbenas que animan las calles del pueblo. La gastronomía de Quatretondeta incluye platos como el conejo al ajillo y los capellanets, acompañados de postres como los carquinyols.

 


 

Benifato

Es el pueblo más pequeño de la comarca de la Marina Baixa. Situado al pie de la sierra de Aitana, es ideal para el turismo rural y las excursiones por sus caminos y sendas. La gastronomía local es uno de los principales atractivos, con platos como la borreta, un guisado de patatas, espinacas, ñoras y migas de bacalao, y les pilotes de dacsa, pelotas de carne y harina de trigo servidas con un guisado de habichuelas y pencas. El centro urbano de tipología árabe y la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel son lugares de interés, al igual que las ruinas del castillo de origen árabe en la Penya del Castellet. Benifato celebra sus fiestas de Sant Pere a principios de julio y las de Sant Miquel a finales de agosto, con una feria de artesanía y gastronomía a finales de septiembre en honor a San Miguel Arcángel.

 


 

Los pequeños pueblos de la Costa Blanca, ofrecen una alternativa tranquila y auténtica al bullicio de las zonas más turísticas. Con sus paisajes naturales, historia rica y tradiciones culturales, estos pueblos son perfectos para quienes buscan desconectar y disfrutar de la serenidad del entorno rural valenciano.

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