La cultura de una provincia puede descubrirse a través de un solo bocado, especialmente si hay una fiesta de por medio. No te pierdas estas delicias típicas de la gastronomía de Semana Santa en la Costa Blanca.
Nunca sabías cuándo llegaría el momento. Era Domingo de Pascua, el sol era tan impredecible como la lluvia y cada uno estaba en su hamaca medio dormido. Hasta que sentías un "clack" en la cabeza. Un microsegundo de dolor se veía compensado por la sorpresa y la risa al romper el mítico huevo de la Mona de Pascua, ese dulce tan típico, tan nuestro.
La gastronomía de cada lugar está llena de historias, y en el caso de la provincia de Alicante, la Semana Santa se convierte en la mejor excusa para desplegar sabores únicos. Comenzamos con el desayuno y terminamos con cuchara y postre a fin de confeccionar el mejor "menú" para estas fiestas.

Pa torrat
La mañana de Viernes Santo en Crevillente es sinónimo de "pa torrat", un almuerzo típico de esta población del Bajo Vinalopó en cuya sencillez reside su gran potencial: pan tostado al horno con sal y aceite que suele acompañarse con bacalao y ajos, también asados al horno; y productos típicos de la huerta alicantina como habas tiernas o rábanos. Un festín nacido en el siglo XIX como almuerzo de las cofradías de Semana Santa, cuyos participantes necesitaban hacer un alto tras horas marchando por las calles y tomar un bocado de media mañana.
Es importante no confundir el "pa torrat" con el "panquemao" o la toña, el típico dulce brioche ideal para mojar en chocolate caliente también en Semana Santa.
Toña de patata
También conocidas como tonyes de creïlla, la toña de patata es un dulce típico de Semana Santa en la provincia de Alicante, especialmente en las comarcas del Vinalopó y poblaciones como Alcoy. De generación en generación, se ha transmitido la receta de esta delicia única que reinventa la famosa toña añadiendo patata hervida a la composición.
Borreta alicantina
La historia y tradición de Semana Santa inspiran platos deliciosos que sacrifican el consumo de carne en Viernes Santo pero permiten el deleite de otros muchos sabores de la tierra. Un buen ejemplo es la borreta alicantina, una perfecta opción para los días de Cuaresma especialmente típica en las comarcas de El Comtat o L' Alcoiá. Este guiso de bacalao en salazón, espinacas y patatas a veces permite un huevo frito o escalfado y supone el mejor viaje al pasado: al hogar de nuestras abuelas adaptando esta receta a su gusto en los días de Semana Santa, época durante la que la borreta sigue siendo un plato recurrente en muchos hogares alicantinos.
Arnadí
Aunque el arnadí es un postre típicamente valenciano, comarcas de Alicante como La Marina Alta todavía ofrecen este delicioso dulce en sus panaderías y restaurantes, especialmente en las vísperas de Semana Santa. También conocido como carabassa santa, el arnadí cuenta como ingredientes principales con almendras, azúcar y, por supuesto, calabaza. Aunque su apariencia es similar a la mítica toña, su relleno a base de calabaza le otorga un sabor único y dulce, rematado con la decoración de frutos secos en hileras.

Torrijas
Hablar de Semana Santa supone hacerlo de su dulce insignia: las torrijas. La receta típica consiste en una tostada de pan empapada en leche y rebozada en huevo se fríe en la sartén y se adereza con miel y canela. Pero este puede ser tan solo el principio. En la Costa Blanca este dulce se prepara en su forma clásica, pero hay quienes apuestan por nuevas versiones, como las torrijas empapadas en vino moscatel, acompañadas de turrón de Jijona o, incluso, las torrijas de toña, muy típicas de la provincia de Alicante, en la que el pan se sustituye por irresistible brioche.
Mona de Pascua
Si existe un dulce típico de Semana Santa en la provincia de Alicante, ese es sin duda la Mona de Pascua. Aunque existen tantas versiones como sabores diferentes, la mona clásica se elabora con la masa típica de la toña a base de harina, huevos, sal y azúcar. Se forma un lazo y se rellena con uno o dos huevos y, en ocasiones, ornamentos como fideos de colores.
El huevo es generalmente roto por el padrino a su ahijado el domingo y lunes de Pascua, aunque realmente cada persona puede romperlo a quien quiera. Un "clack" con el que finaliza la Cuaresma y se da rienda suelta a una deliciosa merienda que, más que una tradición, supone un ritual.
Rollitos de anís y mistela
La Semana Santa siempre parece durar más en Alicante, como bien demuestra la típica peregrinación al monasterio de Santa Faz, cada segundo jueves después de Jueves Santo. Una cita para adentrarse en el folclore típico de esta romería en la que nunca faltan los típicos rollos de anís y vino, combinados con un trago de misteleta de La Terreta.
Cada lugar de la Costa Blanca evoca su tradición a través de bocados y platos diferentes. Pero especialmente, a través de historias que hacen perdurar recetas ancestrales.