Para Todos - Guardamar del Segura

Guardamar del Segura - Rojales

etapa para todos
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Guardamar del Segura - Rojales

​Las rutas fluviales nos permiten "coser" las relaciones entre todos los municipios que forman parte de un elemento natural como es un río. En este caso pedalearemos por el corredor verde del río Segura. El hecho de disfrutar de esta ruta en bicicleta nos permite alcanzar una longitud de ruta difícil de realizar a pie, y así disfrutar una perspectiva más clara de la importancia del río en la vida de todos los municipios y pedanías por las que discurre.

El Río Segura nace en la Sierra de Segura a 5 kilómetros de Pontón Bajo, en una pequeña aldea llamada Fuente Segura, en el municipio de Santiago-Pontones (Jaén). Discurre por las provincias de JaénAlbaceteMurcia y Alicante. Desemboca en el Mediterráneo, en Guardamar del Segura (Alicante), tras un recorrido de 325 km. Es uno de los ríos con mayor aprovechamiento hidrológico de España y la ruta que aquí os mostramos es una parte del curso bajo, concretamente la que corresponde al tramo entre las localidades de Guardamar del Segura y Orihuela, aunque no llegamos hasta la localidad oriolana, terminando la ruta a la altura de Bigastro.

Elegimos como punto de partida la rotonda previa al acceso a la carretera N-332, justo al final de la calle Madrid y a unos 200 m., de la comisaría de la Policía Local. Elegimos este punto por ser de fácil acceso, y estar justo en el inicio de la ruta. Nada más cruzar el puente sobre el río tomamos el trazado del corredor verde del río Segura dirección oeste. Iniciamos por el margen sur del río, pero enseguida pasamos al margen norte. El criterio será remontar el cauce por el lado norte y bajar por el margen sur (Derecha según avanzamos en ambos casos). El hecho de cambiar de margen siempre nos ofrece diferentes perspectivas del río, así como de la huerta que le rodea y sus municipios.

Así llegamos a Rojales, donde el trazado se corta y debemos cruzar su núcleo urbano sin mayor problema ya que nunca perdemos de vista el cauce del río. Como en este punto sólo llevamos 6 Km., de ruta seguiremos sin detenernos. En tan sólo 2,5 km., más llegamos a Formentera del Segura, donde el trazado está muy cuidado con un pavimento de hormigón y una mimada jardinería. Además, podremos disfrutar de la noria de agua del siglo XVII, situada en el municipio de Benijófar (Al otro lado del trazado que llevamos en este momento). Se encuentra situada en un meandro a las afueras del núcleo urbano, formando parte del conjunto hidráulico en el que también se incluye el Molino Harinero de Formentera del Segura y el Azud. Construida con muros de sillería a mediados del s. XVII (1659) constituye un símbolo de la huerta y la localidad de Benijófar.

Nuestro siguiente hito se encuentra entre Almoradí y Algorfa, donde el trazado nos obliga a realizar una rotonda con tráfico rodado al cruzar la CV-935. Sin mayor problema seguimos dirección oeste hasta llegar a Benejúzar, sin abandonar el trazado ya que el núcleo urbano está en el otro margen del río.

Sobre el kilómetro veinticinco y medio podremos divisar el puente de madera sobre el río Segura a su paso por Jacarilla, por el que podremos transitar en el camino de vuelta. Justo a mitad de camino, a la altura de Bigastro, cambiamos de margen del río para volver por el lado sur. Cambiamos de sentido entre las pedanías de La Campaneta y Molins, en el puente que conforma la vereda El Rincón.

Iniciamos así la vuelta. Pero en contra de lo que pasa en otros trazados fluviales en los que se percibe perfectamente la inclinación del camino, en este caso la pendiente es tan pequeña (Tengamos en cuenta que Bigastro está a unos 35 m.s.n.m.), que la dureza del camino la va a marcar la dirección del viento, y no la supuesta inclinación del trazado, prácticamente plano.

Ya de vuelta, en el kilómetro veintiséis, cruzamos el reguerón entre Bigastro y Molins, que desemboca en el río Segura, y en tan sólo un kilómetro llegamos al puente de madera sobre el mismo río, en Jacarilla. Esta zona conocida como el meandro de Jacarilla, ha sido objeto de diversas actuaciones tanto para evitar los problemas de desbordamiento en las crecidas del río, como de acondicionamiento ambiental, siendo el puente el símbolo de esta mejora.

A la altura de Benejúzar estamos obligados a ciclar una rotonda a su paso por la CV-914, y seguimos nuestra ruta hasta Algorfa. En este caso decidimos continuar la marcha, pero podremos disfrutar desde el cauce del río del bonito "skyline" del municipio, destacando la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora del Carmen. Si decidimos visitar Algorfa, es parada obligatoria el Castillo de Montemar. Esta casa señorial fue construida a finales del siglo XVIII, nunca tuvo utilizaciones militares a pesar de su apariencia, y su estilo es algo afrancesado, algo poco habitual en la zona.

En el kilómetro cuarenta de ruta pasamos junto a la noria de agua del siglo XVII, situada en el municipio de Benijófar, y continuamos hasta la localidad de Rojales, para ahora si con más de cuarenta kilómetros en las piernas hacer una pequeña parada en cualquiera de las terrazas de la calle del Malecón Diputación de Alicante, mientras disfrutamos de las vistas del puente de Carlos III. Su construcción, que data del siglo XVIII, supuso quebrantar la separación natural impuesta por el río y establecer, a través de sus tres grandes ojos bajo bóvedas de arco de campanel, la unión de las dos mitades del municipio. 

Finalmente, una vez recuperadas las fuerzas, terminamos nuestra ruta para alcanzar otra vez la localidad de Guardamar del Segura. Hay que destacar que esta ruta, al ser de ida y vuelta por el trazado del río, podemos ajustarla a las condiciones del grupo, y volver en el momento que queramos aprovechando los diversos pasos a nivel de río y pasarelas existentes en el camino.

Curiosidades

¿Qué ver?

A pesar de ser conocido como municipio turístico de sol y playa, Guardamar del Segura dispone de una oferta complementaria, cultural y paisajística muy importante, destacando sus dunas y su pinada, y el Parque Natural de las Lagunas de La Mata, entre otros.

¿Qué comer?

La ñora de Guardamar del Segura es uno de los productos agrarios más característicos de la cocina tradicional valenciana. Se utiliza, fundamentalmente, como condimento debido a su genuino sabor y coloración. La nota diferencial de la ñora de Guardamar del Segura respecto del resto de la producción del estado es su deshidratación artesanal en las finas arenas de las dunas, logrando un secado homogéneo que le proporciona su afamada calidad. Así mismo, el langostino de Guardamar del Segura goza de gran prestigio en la zona, siendo uno de los productos del mar más preciados.

Las ñoras de Guardamar del Segura, unidas a la calidad de sus langostinos, proporcionan sabrosos platos y nuevas sensaciones. De hecho, son ya nueve las ediciones celebradas de la "Setmana Gastronòmica de la Nyora i el Llagostí ". Evento anual dirigido a los amantes de la buena mesa que se celebra a mediados del mes de junio.

¿Sabías qué?

La destrucción y abandono de la villa amurallada de Guardamar del Segura se produjo como consecuencia de los terremotos de 1829, obligando a sus habitantes a desplazarse al llano y a construir una población de nueva planta. El urbanismo actual es el resultado de la trama urbana diseñada por el ingeniero Larramendi.

Otra muestra de este hecho la tenemos en Benejúzar, donde llama la atención la estructura urbanística de su núcleo urbano, formando una retícula perfecta. Este hecho se debe a que en el mismo terremoto de 1829 la ciudad quedó totalmente destruida y hubo que reconstruirla.

A finales del siglo XIX, Guardamar del Segura sufrió la invasión de las arenas. En aquel momento poseía un singular paisaje desértico localizado entre el pueblo, la desembocadura del río y el mar. El Ingeniero de Montes D. Francisco Mira se hizo cargo de frenar el avance de las dunas, que estaban arruinando los cultivos e incluso habían sepultado varias casas del pueblo. La repoblación forestal dio como resultado la creación de 14 km de contraduna y la repoblación de 800 hectáreas, convirtiendo de esta manera el amenazante y desértico paisaje de Guardamar del Segura en un frondoso bosque litoral.